octubre 07, 2010

Para Ponerse a Pensar

Cuando hablamos del "poder de la oración" no estamos hablando de ningún poder que nosotros tenemos o que podamos adquirir como resultado de la oración. Lo que estamos diciendo es que cuando nos unimos a Dios, nos abrimos a la vida divina que hay dentro de nosotros y que nos transforma y nos da el poder para vivir usando todo nuestro potencial humano. La oración nos eleva y lleva desde el conocer sólo el desespero, el cinismo, el miedo y el vacío a conocer una vida llena de fe, esperanza y caridad.

Joe Paprocki, Una Fe Bien Construida, Loyola Press. Página 134