febrero 24, 2010

Segundo Domingo de Cuaresma


El siguiente es el texto de reflexión ofrecido por Quest en Español, el libro de reflexión para pequeñas comunidades cristianas. Si desea obtener más información respecto a este recurso, visite este sitio web.

¡A mirar el reloj!  Probablemente uno de ellos se encuentra junto a su cama.  Podemos encenderlo, apagarlo, programar la alarma o apagarla con sólo estirar el brazo.  Los tiempos litúrgicos son magníficos recursos para mantenernos a tiempo.  Crean los parámetros por los cuales entramos en el misterio de Cristo de manera más íntima durante el año.

Durante la Cuaresma estamos invitados a mantener nuestra alarma encendida.  La Cuaresma es un tiempo de urgencia.  El tema central de este tiempo litúrgico es... ¡despierten!  El llamado cuaresmal es a despertarse, levantarse y responder al llamado a seguir a Cristo y a ordenar aquellos aspectos de nuestra vida que necesitan algo de atención.

En el texto del Génesis que leemos esta semana, Dios despierta a Abraham y le hace ver su llamado, su prole, y la tierra que él y sus descendientes van a heredar.  Abraham pone su fe en Dios y está dispuesto a pasar por el proceso de transformación que vendrá a continuación.

En la Carta a los Filipenses, Pablo urge a la comunidad a no huir de la transformación que implica asumir el mensaje de Cristo, que incluye la cruz.  Les pide que se despierten para que vean la totalidad de la herencia que les tocará al no negar la cruz de Cristo.

En el Evangelio de esta semana, Jesús lleva a Pedro, Santiago y Juan a la cima de la montaña para hacer oración.  Sin embargo, los apóstoles se quedan dormidos.  Al despertarse, ven un Jesús glorificado en conversación con Moisés y Elías acerca de los días de sufrimiento que vendrán en Jerusalén.  Es una alarma, pero no la entienden a cabalidad.  Esa Voz les llama a ellos y a nosotros a que escuchemos a aquel que es el Hijo de Dios.  Es nuestro destino llegar a ser glorificados con Jesús, pero primero debemos vivir el misterio de su cruz como camino hacia la gloria.  Vivimos en este mundo, pero somos ciudadanos del cielo.

La Cuaresma es una alarma que nos despierta.   La Cuaresma es un tiempo para mudar aquello que nos paraliza, nuestras preocupaciones mundanas.  Este tiempo cuaresmal nos invita nuevamente a abrazar la cruz de Cristo, el misterio de la muerte y la resurrección a una nueva vida en Él.

Por último, escuche las reflexiones del Obispo de San Angelo TX, Michael D. Pfeifer, en el Retiro Cuaresmal Radiofónico de Franciscan Radio. Presione "play" en la imagen que aparece a continuación.