febrero 18, 2010

Primer Domingo de Cuaresma:

El siguiente es el texto de reflexión ofrecido por Quest en Español, el libro de reflexión para pequeñas comunidades cristianas. Si desea obtener más información respecto a este recurso, visite este sitio web.

Comenzamos esta temporada de Cuaresma con Lucas relatándonos cómo Jesús, guiado por el Espíritu Santo, fue conducido al desierto donde va a ser repetidamente tentado por el demonio.  Fue un tiempo de prueba y discernimiento para el Señor Jesús.

La imagen de Jesús siendo conducido por el Espíritu al desierto es de una tradición muy rica.  El desierto es el lugar en el que Juan Bautista decidió vivir.  Es donde Moisés pasó cuarenta días ayunando y encontrándose con Dios.  Es donde Elías estuvo con hambre y estuvo a punto de declararse por vencido hasta que se encontró con Dios.  Luego, Elías pasó cuarenta días más en el desierto.

¿De qué se trata todo esto del desierto y del ayuno?

El ayuno es una disciplina parte de muchas tradiciones espirituales.  Permite enfocarse más en el mundo espiritual, remover las distracciones y traer claridad a la mente.  Nos ayuda a reconocer nuestra dependencia sólo en Dios.

Estar en el desierto, un lugar donde estamos retirados, nos invita a la simplicidad de vida y ayuda a ayunar.  Si usted ha pasado algún tiempo en el desierto, seguramente se habrá dado cuenta que si uno tiene agua, comida y un techo, en realidad no hay mucho más por hacer.  El tiempo en el desierto es simplemente un tiempo para mirar dentro de nuestro espíritu y hacia arriba hacia Dios.

La Cuaresma nos invita a pasar tiempo en el desierto, a ponernos en contacto con nuestro interior, con aquello que nos aproblema... y con Dios mismo.  Este es un tiempo para dejar que aquello que nos abruma vaya desvaneciéndose.  La Cuaresma nos ofrece una oportunidad para dejar de lado nuestros deseos materiales, apartándonos de la sociedad de consumo que nos bombardea a diario.

Esta sociedad de consumo, de mercado, no nos deja entrar en esta vida de desierto.  Se nos dice que no es natural ni lógico privarnos de aquello que queremos.   Pero como personas de fe nos debemos preguntar: ¿qué es lo que de verdad necesitamos o debemos desear?  Una experiencia de desierto puede ayudarnos a ponernos en contacto más profundo con la fuente de nuestras vidas, con nuestro Dios.

Haga lo posible para entrar en el desierto esta Cuaresma.  Pase tiempo en oración mirando hacia adentro y hacia arriba.


Por último, escuche las reflexiones del Obispo Auxiliar de Chicago Gustavo García-Siller en el Retiro Cuaresmal Radiofónico en Español de Franciscan Radio.  Presione "play" en la imagen a continuación: